jueves, 17 de julio de 2014

Un poco más de información

Matan los edificios, no los terremotos

La revista Nature en su edición del 13 de enero dio a conocer los resultados de un estudio que demuestra que existe una relación entre los índices de corrupción de un país y el número de personas que mueren en terremotos en ese país, y concluye que en las últimas tres décadas el 83% de las muertes por terremotos sucedieron en países donde medra la corrupción.
Nicholas Ambraseys, del Colegio Imperial de Londres, y Roger Bilham, de la Universidad de Colorado en Boulder, enumeran las formas de la corrupción en la construcción: materiales defectuosos, métodos de armado baratos y sin control de calidad, construcciones mal ubicadas y falta general de apego a las normas de construcción.
Ambraseys y Bilham utilizaron información recabada por Transparencia Internacional, organización que evalúa cómo se percibe la corrupción del sector público en un país y le asigna un índice. El índice de percepción de corrupción, o IPC (que define la corrupción como abuso del poder para obtener beneficios personales) clasifica los países en una escala de cero (para los países que se perciben como muy corruptos y sin transparencia) a 10 (percepción de ausencia de corrupción con total transparencia).
Los autores señalan la diferencia entre el terremoto de magnitud 7.0 que sacudió Nueva Zelanda, el cual no causó muertes, y el de la misma magnitud en Haití, donde murieron millones de personas. "Existe una opinión muy generalizada de que los edificios se derrumban en los terremotos como resultado de la corrupción en la construcción", dijo Bilham. "En este estudio intentamos cuantificar esa percepción".
De acuerdo con los autores del estudio, la industria de la construcción está catalogada como el segmento más corrupto de la economía mundial, y calculan que desde 1980 mueren 18 300 personas al año por falta de normas eficaces. Ambraseys y Bilham concluyen que, incluso si esas normas se implantaran hoy, muchos países del mundo tendrán que cargar con la terrible herencia de años de corrupción en la construcción.
http://www.comoves.unam.mx/numeros/rafagas/148

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